SpaceTech debe formar parte de los debates empresariales

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Sheila Zabeu -

junio 13, 2023

Una clase más de tecnología debería tener espacio en las mesas de las empresas, la SpaceTech, según un reciente informe de Deloitte Consulting. La investigación estudia tecnologías que pueden parecer inaplicables al entorno empresarial actual, pero que deberían merecer ser tenidas en cuenta en futuras estrategias empresariales.

Destacando que el espacio ya no es dominio exclusivo de las agencias gubernamentales y las empresas espaciales privadas, el estudio identifica tres tipos de oportunidades de negocio — aquí en la Tierra, en órbitas cercanas a la Tierra y en el espacio profundo — que no deben pasar desapercibidas para la alta dirección de las empresas.

  • Las oportunidades aquí en la Tierra ponen de relieve cómo los avances en el sector de los vehículos de lanzamiento y los puertos espaciales están reduciendo las barreras de entrada y democratizando el acceso al espacio.
  • Las oportunidades en órbitas terrestres clave tienen en cuenta el próspero ecosistema de satélites, estaciones espaciales y servicios asociados.
  • Las oportunidades en el espacio profundo exploran fronteras lejanas, con el potencial de avances científicos, actividades económicas y explotación de recursos naturales.
La economía espacial ha alcanzado un punto de inflexión tanto en términos de acceso como de oportunidades.
Fuente: Deloitte

“La industria espacial está entrando en una era de renacimiento. El espacio nunca ha sido más accesible y el potencial de descubrimientos revolucionarios nunca ha sido mayor. Es importante que empresas de todos los sectores — no sólo las tradicionalmente asociadas al espacio —empiecen a planificar su papel en lo que será este mercado emergente”, afirma Mike Bechtel, futurólogo jefe y director gerente de Deloitte Consulting.

Aquí, allá y en el espacio profundo

En opinión del estudio, los modelos de negocio como servicio han democratizado las tecnologías de la información y pronto deberían transformar también la visión que tienen las empresas de las oportunidades de negocio aquí mismo, en la Tierra. Las actividades relacionadas con los vehículos de lanzamiento y el desarrollo de puertos espaciales son más accesibles que nunca para el mundo empresarial. Las frecuentes y significativas reducciones de los costes de lanzamiento de cohetes están creando un vibrante ecosistema con actividades comerciales que abarcan los vehículos espaciales y la infraestructura de los puertos de lanzamiento. El informe señala, por ejemplo, que los gobiernos y las empresas privadas que creen este tipo de infraestructuras en los próximos años podrán establecer sus regiones geográficas como centros de especialización y explotar las futuras oportunidades de la economía espacial.

En 2020, por ejemplo, Microsoft se ha asociado con SpaceX y SES para lanzar un nuevo negocio de computación en nube que operará en el espacio. Azure Space es una plataforma en la nube dirigida a empresas privadas y organismos públicos que utilizan datos recogidos por satélite, pero no quieren invertir en la infraestructura terrestre para procesar y analizar esos datos. En la práctica, Microsoft ofrecerá centros de datos móviles de computación en nube -los Azure Modular Datacenter (MDC)- que podrán instalarse y utilizarse en cualquier lugar, incluso “fuera de la red”. Para ello, la empresa ha llegado a un acuerdo con los satélites de Internet de Starlink (SpaceX ha lanzado más de 800 satélites hasta la fecha) y ha ampliado su acuerdo con la empresa SES para utilizar sus satélites O3b.

Una economía espacial compartida puede hacer que los datos obtenidos por teledetección sean mucho más accesibles, rápidos y baratos, además de llevar la comunicación universal de banda ancha de bajo coste a zonas remotas. Para ello es necesario democratizar el acceso al espacio y los nanossatélites forman parte de ese esfuerzo.

En comparación, los nanosatélites tienen el tamaño de una caja de zapatos y pesan entre 1 y 10 kg. Además, estos modelos pueden ensamblarse en serie porque utilizan estándares comunes y piezas prefabricadas. Todo ello reduce los costes de desarrollo de este tipo de equipos, lo que aumenta el acceso a esta tecnología.

“El uso de componentes definidos por software, que pueden actualizarse con nuevas funciones y nuevas técnicas para un desarrollo más rápido de sensores personalizados, reduce aún más el coste y el tiempo necesarios para ofrecer nuevos servicios basados en el espacio. La creciente inteligencia de los satélites y el ancho de banda de comunicación entre ellos les permitirá operar como enjambres autónomos, asignando las labores de vigilancia o retransmisión de señales al satélite más eficiente”, escribe Carsten Stöcker, miembro del Consejo Global del Futuro Blockchain del Foro Económico Mundial, en un artículo publicado en la web de la organización.

Según el informe, también hay nuevas y excitantes posibilidades en torno a las órbitas terrestres, especialmente la baja (a 1.200 millas). Los satélites en estas órbitas pueden utilizarse en situaciones que requieran una localización precisa, mediciones meteorológicas exactas o conectividad e imágenes de alta calidad.

Para hacerse una idea de la proporción de estas oportunidades, en 2020 se lanzaron más satélites que en los 20 años anteriores juntos. Según Delloite, sólo el mercado asociado a la órbita terrestre baja (LEO) podría alcanzar los 312.000 millones de dólares anuales en 2035, casi ocho veces la cifra de 2022. Las oportunidades de negocio se dividen en tres áreas principales:

  • Comunicación por satélite para ampliar el acceso a Internet a empresas y usuarios finales.
  • Navegación por satélite para proporcionar localización y hora exactas. Puede ser adoptado por diversas industrias, desde vehículos autónomos hasta transacciones financieras con sello de tiempo.
  • Observación y teledetección para proporcionar imágenes de alta calidad de la Tierra en aplicaciones como la cadena de suministro, el seguimiento preciso en tiempo real, el tráfico, el estudio del clima, la contaminación, la propagación de enfermedades, la agricultura y la minería.

El Internet de las Cosas (IoT) es uno de los grandes beneficiarios de estos modelos. Airbus es una de las empresas que apuestan por esta tecnología. En asociación con la startup Astrocast, la empresa ha desarrollado una solución IoT integrada con la constelación de cinco nanosatélites de la startup para promover una conexión global.

En opinión de la Asociación Brasileña de Empresas de Telecomunicaciones por Satélite (ABRASAT), la conectividad IoT verdaderamente global solo puede ofrecerse mediante satélites. En este caso, la conectividad de menor coste y consumo energético que ofrecen los modelos nano amplía el número total de sensores conectados.

La innovación puede beneficiar a la agricultura dando acceso a previsiones más precisas basadas en datos recogidos por sensores en la propiedad. El monitoreo por imágenes también es un beneficio de estos equipos para el agro – en 2020, 18% de los productores utilizaron datos o imágenes de la propiedad proporcionados por sensores remotos (satélite, avión, vant y/o drones), según Embrapa.

“Si tenemos en cuenta los nuevos lanzamientos de sensores previstos para nanosatélites y microsatélites, en 2022 debería haber un salto significativo en el uso de estas tecnologías”, señala el investigador de Embrapa Instrumentação Lúcio André de Castro Jorge.

En la misma línea, ABRASAT cree que “la industria espacial debe ser impulsada por la demanda de una mejor conectividad para dispositivos inteligentes, IoT, un mayor uso de la analítica de datos y la migración a la transmisión de banda ancha.”

Sin embargo, las amenazas también pueden venir del espacio, con el creciente riesgo de colisión de desechos, satélites y basura espacial. Seguir y predecir el movimiento de los objetos en órbita es fundamental. Como ocurre con muchas actividades, los riesgos pueden convertirse en oportunidades, lo que significa que las empresas tecnológicas pueden desarrollar soluciones para abordar esta cuestión abierta en la industria espacial, señala Delloite.

Otra área de exploración comercial tiene que ver con las estaciones espaciales, que podrían convertirse en centros de turismo espacial. Deloitte calcula que el mercado del turismo espacial podría situarse entre 1.800 y 3.300 millones de dólares en 2035.

La investigación y el desarrollo (I+D) y la fabricación son otras áreas de actividad que pueden beneficiarse de las estaciones espaciales. Como explica el informe, las condiciones ambientales del espacio pueden dar a las empresas la oportunidad de experimentar y producir de nuevas formas. Las propiedades que se encuentran exclusivamente en el espacio tienen el potencial de aportar mayor precisión a la I+D y la fabricación, desde semiconductores y cables de fibra óptica hasta productos farmacéuticos, órganos humanos y células madre.

Aunque todavía incipiente y envuelta en la incertidumbre, la exploración del espacio profundo está llena de potencial, afirma la investigación de Delloite. Las naciones que logren superar los retos que plantean los viajes espaciales de larga duración y las empresas privadas que apoyen o incluso dirijan estas misiones cosecharán sustanciosas recompensas en términos de avances científicos, actividad económica y explotación de valiosos recursos naturales.

Ya se están probando tecnologías para apoyar la exploración del espacio profundo, como la presencia humana sostenida en una base lunar. La exploración de Marte es otra aventura en esta misma línea que espera avances tecnológicos para superar los retos medioambientales y logísticos.

¿Y qué se puede explotar en la práctica? Entre los ejemplos enumerados por Delloite figura la extracción de recursos naturales que podría, por ejemplo, ayudar a establecer esa presencia humana sostenida en el espacio con el reabastecimiento de recursos. Los depósitos superficiales no consolidados, sueltos y heterogéneos que cubren la roca sólida de la Luna podrían utilizarse para alimentar las misiones al espacio profundo, eliminando la necesidad de llevar más combustible en los viajes. La Luna es rica en depósitos de helio-3, que quizá también podrían alimentar reactores de fusión nuclear seguros y limpios.

Según Delloite, la verdadera oportunidad está en los asteroides del espacio profundo, pero aún está muy, muy lejos. El valor potencial de los materiales concentrados en los asteroides es tan grande que sería capaz de sacudir profundamente importantes mercados aquí en la Tierra, destaca el informe. Los asteroides suelen contener grandes depósitos de metales poco comunes en nuestra realidad terrestre, y esos insumos son vitales sobre todo para la electrónica y la fabricación de baterías.