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Home > IoT > Qualcomm y Google se alían en RISC-V para wearables
octubre 26, 2023
Qualcomm Technologies y Google han anunciado una iniciativa de cooperación en torno a una solución para dispositivos vestibles basada en el procesador RISC-V y el sistema Wear OS de Google. El objetivo es crear oportunidades para que más productos aprovechen las ventajas de las CPU personalizadas de bajo consumo y alto rendimiento. Las empresas afirman que seguirán invirtiendo en las plataformas Snapdragon Wear como principal proveedor de chips para smartwatches en el ecosistema Wear OS.
“Qualcomm Technologies ha sido un pilar del ecosistema Wear OS, proporcionando sistemas de alto rendimiento y bajo consumo a muchos de nuestros socios OEM. Estamos encantados de poder ampliar nuestro trabajo con Qualcomm Technologies y sacar al mercado una solución para wearables basada en RISC-V”, afirma Bjorn Kilburn, director general de Google Wear OS.
El pasado mes de mayo, Qualcomm Technologies y Google se unieron a otras empresas del sector para lanzar el Ecosistema de Software RISC-V (RISE), un esfuerzo de colaboración para acelerar la disponibilidad de software destinado a núcleos RISC-V de alto rendimiento y eficiencia energética. Los miembros de RISE contribuirán económicamente y con talento técnico a la creación de los productos de software priorizados por el comité técnico de RISE.
Además, en agosto, Qualcomm Technologies anunció que está invirtiendo en una nueva empresa, con sede en Alemania, para promover la adopción de RISC-V en todo el mundo. En un principio se centrará en la automoción, pero con la posibilidad de ampliarla a los dispositivos móviles y la Internet de las Cosas (IoT).
Cuando pensamos en procesadores, solemos pensar en marcas como Intel, AMD y Nvidia, entre otras, y también en sus respectivas arquitecturas de conjuntos de instrucciones (ISA) que utilizan los chips a nivel de máquina; las ISA más comunes son CISC (Complex Instruction Set Computer) y RISC (Reduced Instruction Set Computer).
Históricamente, la arquitectura x86 (CISC) dominó el mercado durante mucho tiempo, sobre todo en el mundo de los ordenadores personales, hasta la llegada de la arquitectura ARM (Advanced RISC Machines), centrada en la eficiencia energética para dispositivos móviles.
Más recientemente, ha aparecido en escena un nuevo nombre, RISC-V (pronunciado RISC “cinco”). Se trata de otro tipo de ISA que se originó en el Laboratorio de Computación Paralela (Par Lab) de la Universidad de California en Berkeley en 2010. Su principal característica es que es de código abierto, a diferencia de las otras dos arquitecturas propietarias más extendidas (x86 y ARM), que tienen costes de licencia y limitaciones de personalización.
Gracias a la naturaleza abierta de RISC-V, arquitectos, diseñadores y desarrolladores pueden modificar y mejorar su sencilla base de instrucciones. Como sugiere su nomenclatura, RISC-V es de la clase RISC, es decir, tiene un conjunto reducido de instrucciones, lo que facilita mucho su adaptación para personalizar los procesadores.
En términos tecnológicos, RISC-V es claramente una alternativa de código abierto a la arquitectura ARM. A lo largo de los años, ARM ha permitido a gigantes del sector como Apple, AMD y la propia Qualcomm diseñar y fabricar CPU y GPU optimizadas para distintas aplicaciones, desde dispositivos móviles de bajo consumo hasta servidores de alto rendimiento.
RISC-V ha surgido ahora para ofrecer más control, visibilidad y flexibilidad para la personalización y la innovación en el ámbito de los procesadores, y también como una forma interesante de reducir costes y garantizar la competitividad de los fabricantes de equipos originales y los proveedores de chips.
Según Ziad Asghar, vicepresidente ejecutivo de gestión de productos de Qualcomm Technologies, RISC-V se ha integrado en los productos de la empresa desde 2019 como alternativa a arquitecturas heredadas más rígidas. Por ejemplo, la plataforma Snapdragon 865 utiliza microcontroladores RISC-V, porque Qualcomm buscaba algo muy específico para el control del chip, y RISC-V permitió diseñar exactamente lo que se necesitaba.
“Está claro que RISC-V tiene un potencial increíble. Para los desarrolladores de productos, elimina el problema de estar atados a la limitada cartera de núcleos disponibles en un ISA propietario. Y elimina la necesidad de invertir en licencias para el desarrollo de nuevos procesadores. RISC-V abre la posibilidad de que cualquier empresa del mundo desarrolle procesadores sin pagar derechos de licencia ni royalties”, afirma Asghar.
Añade que lo realmente interesante es poder personalizar RISC-V para cumplir con precisión los objetivos de los nuevos productos. “Este tipo de apertura, flexibilidad y capacidad de ampliación es sumamente atractivo para nosotros y también para otras empresas”, subraya Asghar.
Los pagos de licencias han sido objeto de una disputa legal entre Qualcomm y Arm (la empresa que licencia la arquitectura ARM), a pesar de su larga asociación. Arm ha interpuesto una demanda contra Qualcomm y Nuvia (una start-up de CPU adquirida por Qualcomm en 2021), alegando el incumplimiento de los acuerdos de licencia y marca de Nuvia.
Además de la cuestión legal, algunos dicen que Qualcomm y otras empresas buscan en RISC-V una forma de aislarse de Arm, que está en el centro de la mayoría de los dispositivos móviles, pero puede estar en apuros porque no gana mucho dinero con los acuerdos de licencia. Otra razón del interés por RISC-V es la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Para escapar de la influencia política del Gobierno estadounidense, la Fundación RISC-V incluso se trasladó a Suiza en 2019 y pasó a llamarse “RISC-V International”. Sin embargo, el asunto promete calentarse y tener nuevos capítulos, ya que a principios de octubre, los legisladores estadounidenses presionaron al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para que impusiera restricciones a las empresas estadounidenses que trabajan con RISC-V utilizado habitualmente en China.
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