Retos y oportunidades en el sector de la salud digital en 2023

Sheila Zabeu -

enero 06, 2023

En 2023, después de más de tres años de pandemia, se espera que el gasto general en salud disminuya en términos reales debido a la inflación y al lento crecimiento económico. En cuanto al mercado de capital riesgo de salud digital específicamente, se espera que las cantidades invertidas se mantengan en el mismo nivel que en 2020, permaneciendo entre 15.000 y 25.000 millones de dólares. La asociación entre tecnología y pacientes promete muchas oportunidades que podrían aprovecharse el año que viene. Pero es probable que la digitalización del sector de la salud siga sufriendo la presión de una normativa más estricta en muchas partes del mundo en relación con el uso de los datos de los pacientes.

“Aunque los inversores del sector de la salud digital creen que habrá una devaluación de los activos en 2023, la mayoría sigue considerando que el ecosistema en general goza de bastante buena salud y que los niveles de inversión serán comparables a los de los últimos años, manteniéndose entre los 15.000 y los 25.000 millones de dólares”, afirma Justin Norden, socio de GSR Ventures.

No podemos perder de vista que, mientras tanto, la pandemia ha provocado un torbellino de inversiones en salud digital, con startups que recaudarán 29.100 millones de dólares en 2021, casi el doble que en 2020 (15.000 millones).

A modo de comparación, volviendo a un período prepandémico, las firmas de capital riesgo invirtieron 8.300 millones de dólares en startups de salud digital en 2019. Esa meseta es mucho más similar a lo que estamos experimentando hoy: las startups de salud digital recaudaron 2.200 millones de dólares en el tercer trimestre de 2022, marcando el período de financiación más bajo de todo el año pasado y el trimestre más bajo de recaudación de fondos desde el cuarto trimestre de 2019, según el último informe trimestral de Rock Health.

Esta ralentización del sector sanitario es generalizada, no sólo en su parte digital. Se espera que el gasto global (sectores público y privado combinados) crezca un 4,9% en términos nominales en 2023, en dólares, impulsado por el aumento de los costes y los salarios, según la división de investigación y análisis de The Economist Group (EIU). Sin embargo, el gasto se reducirá en términos reales, ya que no seguirá el ritmo de la inflación.

Más allá de la cuestión económica, que presiona a todo el sector sanitario, el EIU prevé que los organismos reguladores de todo el mundo tendrán que vigilar intensamente su dimensión digital, desde el ámbito de los historiales médicos electrónicos hasta las aplicaciones en línea sobre condiciones de salud.

Por ejemplo, la Unión Europea va a invertir 220 millones de euros (220 millones de dólares) entre 2023 y 2027 en el desarrollo del European Health Data Space,, un ecosistema transfronterizo de reglas, normas y prácticas comunes, infraestructura y sistemas de gobernanza específicos para cada segmento, a través del cual las personas podrán controlar su propia información de su salud, garantizar la privacidad de los datos sobre la base del Reglamento General de Protección de Datos de la región, y hacer que los datos sean más interoperables y accesibles. El Reino Unido tiene un plan de acción similar que centralizará el almacenamiento y la protección de datos para que médicos e investigadores puedan acceder a ellos a distancia.

Es probable que este tipo de iniciativas se reproduzcan en otros lugares del mundo, ya que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha prometido cerrar una alianza con la Unión Europea en 2023 para poner en marcha un plan similar. Por otra parte, Estados Unidos, donde predomina un sistema privado de proveedores de asistencia de salud, probablemente se enfrente a un reto mayor en 2023 para ampliar la protección de los datos relacionados con la salud en virtud de la propuesta de Ley de Privacidad de Datos de EE.UU., en opinión del estudio de la EIU.

No sólo retos

Con la pandemia, o incluso antes, las tecnologías digitales empezaron a dar a los pacientes más herramientas para intensificar las prácticas de autocuidado y también la relación con los profesionales de la salud. Si bien esto ha contribuido a generar mejores resultados clínicos y calidad de vida, también ha exigido a los líderes del sector ser más proactivos para garantizar experiencias más personalizadas sin mayores obstáculos. Esto conlleva retos, pero también oportunidades.

Se espera que este mercado de soluciones para la implicación del paciente, que engloba todo lo que permite a las organizaciones de salud comunicarse con los pacientes, alcance los 102.500 millones de dólares en 2030, frente a los 23.400 millones de 2022.

Además de las soluciones de participación del paciente, otra área de oportunidad en el sector de la salud digital es la Inteligencia Artificial (IA) que puede, por ejemplo, ayudar a mejorar los tratamientos con la toma de decisiones clínicas basadas en datos y también simplificar los flujos de trabajo para los profesionales sanitarios. Deben tomarse precauciones tanto con respecto a la protección de los datos de pacientes utilizados para entrenar modelos de IA como a la generación de sesgos al desarrollar algoritmos de IA.

La adopción de la robótica en la atención médica es otra área de oportunidad. Esta tecnología puede ayudar desde tareas que, aunque sencillas, pueden presentar cierto riesgo de contaminación, como la limpieza de entornos hospitalarios, hasta procedimientos quirúrgicos más complejos. En clínicas y ambulatorios, puede realizar servicios como el cuidado de ancianos, la vigilancia contra caídas, la administración de medicamentos e incluso la relación con el paciente, como la terapia ocupacional.

Y como no podía ser de otra manera, las tecnologías wearables serán una de las principales tendencias en el sector de la salud en 2023, y pueden ofrecer excelentes oportunidades y beneficios tanto para las empresas como para los usuarios. El seguimiento continuo de las condiciones de salud que proporcionan permite una atención personalizada a los pacientes y la toma de decisiones basadas en datos por parte de los responsables de las empresas y los profesionales de salud. Además, los sensores y las aplicaciones pueden proporcionar biomarcadores y datos individualizados que ayuden en el tratamiento y el control de la enfermedad.

Por último, la tecnología digital también puede hacer valiosas aportaciones a la telemedicina, que cobró impulso durante la pandemia y ha llegado para quedarse, ayudando a reducir la sobrecarga de trabajo de los médicos y los desplazamientos. Ciertamente, estos sistemas aún tienen mucho que evolucionar para garantizar un acceso seguro y fiable a los distintos subgrupos de población, por ejemplo para personas con discapacidad y residentes en zonas rurales, y con ello, generar muchas oportunidades de negocio: se espera que el mercado de la telemedicina alcance los 397.000 millones de dólares en 2027, según las previsiones de Fortune Business Insight.