Aumenta el activismo contra el crecimiento acelerado de los centros de datos

Um grupo de moradores da área de Gainesville
Sheila Zabeu -

julio 31, 2024

Crecen los movimientos en todo el mundo contra la ralentización del crecimiento de los centros de datos frente a la acelerada expansión de las iniciativas de Inteligencia Artificial. Estas protestas se están convirtiendo en un problema mundial motivado por el activismo local, las preocupaciones medioambientales y energéticas e incluso las opiniones de los inversores.

El fenómeno ha recibido incluso un nombre especial en inglés – “NIMBYism” (Not In My Backyard) – y suele reflejar la concienciación y oposición de los residentes a las implicaciones de construir y operar centros de datos en sus zonas.

Un ejemplo emblemático de un movimiento más amplio, más allá de los residentes, tuvo lugar el 2 de junio en el estado estadounidense de Virginia, considerada la capital mundial de los centros de datos. Miembros de la comunidad y activistas se reunieron para protestar contra la expansión descontrolada y perjudicial de los centros de datos en la región. El acto pretendía concienciar sobre las crecientes amenazas que plantea el crecimiento explosivo de los centros de datos y reclamar una política de protección por parte de los responsables políticos.

Según los organizadores del evento, Virginia cuenta actualmente con más de 300 centros de datos operativos y ya está proponiendo la construcción de nuevas instalaciones. En la actualidad, estos centros de datos consumen casi el 25% de la energía suministrada, y se prevé que esta demanda se duplique, lo que debería aumentar la factura eléctrica de las familias de Virginia, así como inducir la construcción de nuevas centrales de combustibles fósiles, amenazando los avances climáticos del Estado y la salud pública de las comunidades justicieras.

Más allá de Estados Unidos

En el Reino Unido, con la reciente entrada del Partido Laborista en el Gobierno, ya se vislumbra un escenario en el que se relajarán las restricciones a la planificación de nuevos centros de datos, probablemente con la vista puesta en la inversión internacional. Sin embargo, con la creciente concienciación sobre el impacto de la industria de los centros de datos y su enorme demanda energética, esto tendrá que hacerse de una manera que no atraiga la antipatía de la comunidad, que puede empezar a percibir los centros de datos como parásitos que chupan los recursos naturales.

En otras regiones europeas, los proyectos de centros de datos han provocado tensiones con los residentes locales al sobrecargar las redes eléctricas e interferir en la producción agrícola. En el caso de Portugal, han llegado a derribar a miembros del gobierno. En 2023, el Primer Ministro António Costa se vio obligado a dimitir en medio de acusaciones de corrupción relacionadas en parte con un proyecto de centro de datos. En los Países Bajos, grupos agrícolas luchan contra la construcción de nuevos centros de datos.

En Irlanda, donde se prevé que los centros de datos representen el 21% del consumo total de electricidad de aquí a 2023, la acogida de este tipo de instalaciones se aceptó en un principio como señal de inversión, pero parece que esa actitud está cambiando ante la evidencia de las repercusiones en el sistema eléctrico nacional, según un artículo publicado en la web de Racounter.

Irlanda aprobó recientemente una moratoria parcial sobre nuevos centros de datos, pero se siguen aprobando proyectos. Los proveedores irlandeses también han empezado a solicitar permisos de planificación para sus propias infraestructuras energéticas alimentadas con combustibles fósiles que, aunque pueden ayudar a reducir la carga de las redes eléctricas, contribuyen a las emisiones del país.

¿Cuáles son las posibles respuestas?

Está claro que los centros de datos no son una figura maligna y, al contrario, son responsables de gran parte de lo que los residentes se benefician en forma de una amplia variedad de servicios digitales. Sin embargo, algunos sugieren que los diseñadores y operadores de centros de datos pueden tomar medidas para convencer a las comunidades del lado bueno de estas instalaciones.

¿Cuáles son algunas de estas iniciativas? Se podría considerar la posibilidad de hacer que los centros de datos sean más silenciosos y estéticamente más atractivos en la fase de construcción, así como convertir las estructuras existentes en centros de datos en lugar de construir nuevos desde cero, contribuyendo así a reducir las preocupaciones medioambientales. También se pueden encontrar maneras de aumentar los niveles de sostenibilidad energética e hídrica de las operaciones de los centros de datos y buscar formas de aumentar la empleabilidad de los residentes locales tanto en la fase de construcción como en la de explotación de los centros de datos.